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Donde hay desconexión, siempre hay una oportunidad de cambio.
La mayoría de los problemas que vivimos —en el trabajo, en casa o en la escuela— no son de personas: son de comunicación.
No es falta de talento, ni de amor, ni de ganas.
Es que nadie nos enseñó a hablar para conectar, no para ganar.
Y ahí empieza todo.
Subcategorías
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Centros Educativos
Equipos desconectados que necesitan reencontrarse
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Famílias
Gritos, cansancio y ganas de hacerlo diferente
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Empresas
Equipos desconectados que necesitan reencontrarse